Los lémures son unos primates estrepsirrinos endémicos de la isla de Madagascar. Reciben su nombre por los lémures, fantasmas o espíritus de la mitología romana, debido a las estrepitosas vocalizaciones que emiten, sus ojos brillantes y los hábitos nocturnos de algunas de sus especies. Aunque a menudo se les confunda con primates ancestrales, los primates antropoides (monos, hominoides y seres humanos) no evolucionaron de los lémures, aunque comparten rasgos morfológicos y de comportamiento con primates basales.
Su clasificación taxonómica es controvertida y depende de qué concepto de especie se utilice. Incluso se discute la taxonomía de nivel más alto, y algunos expertos ubican a la mayor parte de los lémures en el infraorden Lemuriformes, mientras que otros prefieren que Lemuriformes contenga a todos los estrepsirrinos existentes, colocando a todos los lémures en la superfamilia Lemuroidea y a los lorísidos y galágidos en la superfamilia Lorisoidea. Llegaron a Madagascar hace aproximadamente entre 62 y 65 Ma por rafting(dispersión biológica por balsas de vegetación) en algún momento en que las corrientes oceánicas favorecieron la dispersión hacia la isla. Desde entonces los lémures han evolucionado para enfrentarse a un ambiente sumamente estacional y sus adaptaciones les dan un nivel de diversidad que rivaliza con los demás grupos de primates. Hasta la llegada de los humanos a la isla, hace aproximadamente 2000 años, existían lémures tan grandes como un gorila macho. En la actualidad perviven unas cien especies de lémures, la mayor parte de ellas descubiertas o promovidas al estatus de especie a partir de los años 1990.
Con un peso que va desde los treinta gramos hasta los nueve kilogramos, los lémures comparten muchos de los rasgos básicos de los primates, como manos y pies con cinco dedos y pulgar oponible, y uñas en lugar de garras (en la mayoría de las especies). Sin embargo, su proporción cerebro-masa corporal es menor que en los primates antropoides, y, al igual que los demás primates estrepsirrinos, tienen la «nariz húmeda» (rinario). Los lémures son generalmente los estrepsirrinos más sociales y se comunican más con olores y vocalizaciones que con señales visuales. Tienen un metabolismo basal relativamente bajo, muchos se reproducen estacionalmente, tienen períodos de dormancia (como hibernación o letargo), y algunos muestran un dominio social de las hembras. La mayoría se alimenta con una amplia variedad de frutas y hojas, mientras que otros son especialistas. Aunque muchas comparten dietas similares, especies distintas comparten los mismos bosques a través de un proceso de diferenciación de nicho.
La investigación sobre el Lemur se centró en su taxonomía y en la recogida de especímenes durante los siglos XVIII y XIX. Aunque las observaciones aportadas por los primeros investigadores de campo fueron abundantes, los estudios modernos sobre la ecología y comportamiento de estos animales no se desarrollaron hasta los años 1950 y 1960. Ante las dificultades surgidas por la inestabilidad política y la confusión reinante en Madagascar a mediados de los años 1970, los trabajos de campo se detuvieron, pero se reanudaron en los años 1980 y supusieron un gran avance en el conocimiento de estos primates. Instalaciones de investigación como el Duke Lemur Center de la Universidad Duke han proporcionado la oportunidad de avanzar en su estudio en un ambiente controlado. Los lémures son importantes para la investigación porque su mezcla de características primitivas y rasgos compartidos con los primates antropoides puede arrojar un mayor conocimiento sobre la evolución de los primates y de los humanos. Sin embargo, muchas especies de lémur están en peligro de extinción debido a la pérdida de su hábitat y a la caza. Aunque por lo general las tradiciones locales ayudan a proteger a los lémures y sus bosques, la tala forestal ilegal, la generalización de la pobreza y la inestabilidad política dificultan y menoscaban los esfuerzos por la conservación de estos primates.
Tradicionalmente se ha considerado a los lémures menos inteligentes que los primates antropoides, y se ha descrito a monos y hominoides como más astutos, hábiles y embaucadores. Muchas especies de lémur, como los sifacas y el lémur de cola anillada, han dado peores resultados en pruebas diseñadas para monos, mientras que se desempeñaban igual que ellos en otras. Estas comparaciones pueden no ser justas ya que los lémures prefieren manipular los objetos con la boca (más que con las manos) y sólo se interesan por objetos cuando están en cautividad. No se ha visto a los lémures utilizando herramientas en la naturaleza, aunque en cautividad el lémur pardo y el lémur de cola anillada han demostrado ser capaces de entender y utilizar herramientas.
El cerebro de algunas especies tiene un tamaño relativamente grande. El extinto Hadropithecus tenía el tamaño corporal de un babuino macho grande y poseía un cerebro de un tamaño similar, lo que lo convierte en el cerebro de mayor tamaño con relación a la masa corporal de todos los prosimios. El aye-aye también tiene una proporción cerebro-masa corporal grande, lo que puede indicar un nivel más alto de inteligencia. Sin embargo, a pesar de tener incorporado en su cuerpo un instrumento en la forma de su largo y delgado dedo medio, que utiliza para capturar larvas de insectos, el aye-aye ha ofrecido pobres resultados en las pruebas de utilización de herramientas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario