El hurón doméstico (Mustela putorius furo) es un mustélido, subespecie del turón, que fue domesticado hace al menos 2.500 años. Otros mamíferos de la familia de los mustélidos tienen también la palabra "hurón" en sus nombres comunes. Por ejemplo, hay un escaso y protegido turón de Norteamérica conocido como hurón de pies negros.
Los hurones son animales más parecidos al perro que al gato, sobre todo a nivel veterinario, en España, requieren tener obligatoriamente pasaporte con chip y vacunas en regla, incluso (aunque no en todas las comunidades) es necesario vacunarlos contra la rabia. Son enérgicos, curiosos y mucho más sociables que los gatos, les gusta jugar con sus dueños. Dicen que los humanos domesticaron hurones por la curiosidad que despertaban; sea esto cierto o no, su curiosidad es superior a su instinto y esto hace que sus posibilidades de supervivencia en nuestro entorno sean bastante limitadas (muchos mueren explorando y reclinando sillas sin el conocimiento de sus dueños).
Los hurones son la tercera mascota más frecuente en Estados Unidos, después de los perros y gatos. En proporción, los hurones causan muchos menos daños que los perros o gatos.
Peligros para los hurones
Los hurones son expertos en colarse por los agujeros de los armarios, las paredes, o detrás de los electrodomésticos, donde pueden resultar heridos o incluso fallecer a causa de los cables eléctricos, los ventiladores y otros artículos peligrosos. Las sillas plegables son una auténtica trampa mortal para ellos, pues se suben con frecuencia sobre estos muebles, plegándolas después y muriendo aplastados. Por estas razones es necesario tomar una serie de medidas en el hogar antes de adquirir un hurón como animal doméstico, como retirar o asegurar cualquier aparato o mueble peligroso o tapar los posibles agujeros repartidos por la casa. Muchos dueños optan por recluir sus hurones en una jaula durante la noche o mientras se ausentan de casa.
Alimentación
Los hurones son por naturaleza carnívoros. La comida para gatos no proporciona normalmente las proteínas o la proporción de grasas necesarias para el correcto metabolismo del hurón, aunque el alimento de alta calidad destinado a los gatos más jóvenes puede ser utilizado durante un tiempo si la comida específica para hurones no se encuentra en ese determinado momento. No obstante, la abundancia de alimentos de baja calidad en la dieta del animal no son apropiados para éste. Cuando se lea la etiqueta, los tres ingredientes más abundantes deben ser derivados cárnicos, pues los hurones no pueden digerir correctamente los compuestos de cereales usados en las marcas más baratas de alimento para gatos.
El alimento ideal del hurón contiene un 32–38% de proteínas y un 15–20% de grasas (el origen de las proteínas del alimento del hurón debe proceder siempre de carne, no de soja oplantas similares). Aunque un alto contenido proteico es esencial, si éste es mayor del 38% puede generar ocasionales cálculos renales y obstrucciones urinarias en los hurones más viejos. A la mayoría de los hurones les encantan los dulces como pasas y mantequilla de cacahuete, pero tales caprichos se les deben dar sólo ocasionalmente, pues incluso una cantidad pequeña de azúcar puede ocasionar a veces anomalías en el funcionamiento de las glándulas suprarrenales y el páncreas, donde se produce la insulina. A pesar de que los productos vegetales pueden proveer a los hurones de ciertos elementos y una dieta variable, el hecho de que su aparato digestivo sea relativamente corto impide que puedan extraer mucha energía de ellos, y por esta razón deben ser sólo un suplemento, y no una alternativa, a su dieta habitual
Actividad
Los hurones pasan la mayor parte del tiempo (de 14 a 18 horas al día) durmiendo, pero cuando están despiertos son muy activos, dedicándose a explorar su alrededor de forma exhaustiva. Los hurones son animales crepusculares, es decir, que son más activos durante el amanecer, el atardecer y parte de la noche. Si están enjaulados, deben ser sacados de forma diaria para que hagan ejercicio y satisfagan su curiosidad; necesitan al menos una hora y un lugar de juego. Los hurones, al igual que los gatos, pueden utilizar una caja (preferiblemente esquinera) para realizar sus deposiciones con un poco de entrenamiento, aunque es necesario tener cajas en distintos cuartos porque no la buscarán si les queda lejos. Los hurones son también buenos inquilinos del patio trasero y les encanta que les acompañen en el jardín. Sin embargo, no se les debe permitir vagar libremente; los hurones son audaces a puntos peligrosos y exploran cualquier agujero que encuentren, incluidos los desagües para la lluvia y las bolsas de las personas. Siempre que se encuentren en el exterior deben ser vigilados de cerca, y preferiblemente sujetos por una correa con arnés con 2 secciones.
Los hurones y los niños
Los niños pequeños deben ser vigilados cuando se encuentran con hurones, ya que a menudo piensan que es un simple animal de peluche que pueden estrujar cuanto quieran, sin darse cuenta de que en realidad lo están estrangulando. El animal suele reaccionar retorciéndose, arañando, o cuando ya está totalmente desesperado, mordiendo con fuerza. No tiene por qué haber nada malo en que un niño juegue con un hurón, siempre y cuando exista un control por parte de adultos, como en el caso de cualquier otro animal.
En el Reino Unido, los hurones se usan a veces para capturar las ratas y ratones que infestan las casas. Estos "hurones cazadores" de roedores se conocen como hurones galgo debido a su menor tamaño y capacidad para desplazarse rápidamente por espacios estrechos. Algunos dueños de "hurones cazadores" entrenan a sus animales para que sean muy agresivos; por tanto, un niño que haya tenido un contacto previo con unos domésticos puede correr peligro cuando se encuentra con uno criado de forma no doméstica o simplemente irresponsable, como ocurre con cualquier otro animal.
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